A requerimientos de la agencia china de noticias Sinjuá, que
quería un panorama electoral de Venezuela, y ya había entrevistado al ejecutivo
de una importante encuestadora, accedí a ofrecerle mis opiniones, que,
actualizadas, quiero que ustedes las conozcan.
En primer término, ese panorama se caracteriza por la
supremacía de la candidatura de Chávez (Ch), que me atrevería a coincidir con
quienes creen que es irreversible, si no hubiesen algunos factores que pudieran
alterar ese primer escenario. La convicción surge de la coincidencia de los
resultados de al menos cuatro encuestadoras (GIS XX1, Interlaces, Consultores
30-11 e ICS) todas con apreciable ventaja sobre la candidatura salida de las
primarias de Capriles Radonsky (CR) triunfo que estuvo pronosticado por estas y
otras encuestadoras pero que nunca recibió el lógico y esperado impulso de su
victoria del 12F. Posteriormente, el sábado 17, trascendieron los de IVAD,
acreditados y confiables, que ofrece muy altos porcentajes en la evaluación de
la gestión del Presidente, y en el supuesto que las elecciones fueran ese día,
Ch habría alcanzado 56,5% de los votos (el mismo porcentaje que obtuvo en
1998), mientras CR apenas llegaría a 26.6%.
Estas muestras de los sondeos son ciertamente una fotografía
de las perspectivas para esas semanas en que se realizaron, es decir, que
celebrados dos meses después pueden ser distintas, pero difícil que cambien
radicalmente. Simultáneamente, hubo movilizaciones masivas en una decena de
centros urbanos, algunas de esas concentraciones, según opinión respectiva,
lucían superiores al cierre de campañas anteriores con el candidato presente.
En la de Maturin, antier, no cabía ni un gato. Ese mismo entusiasmo se movilizó
con apenas convocatoria el sábado 17 al Balcón del Pueblo para saludar la
llegada de Ch. Es decir, que las encuestas coincidían con la masividad de estas
multitudes.
Entre tanto, CR aparece tan mal en las encuestas que
necesariamente tuvieron que salir algunas con supuestos resultados
equilibrados, y no se atreve a desviarse de su plan visitando “casa por casa”.
II ¿Cuáles son los factores que pudiesen alterar este
escenario? Uno es la salud de Ch. pues aun en el caso de que siga evolucionando
positivamente, como deseamos casi todos los venezolanos, siempre habrá ocasión
para los rumores malignos, de factura nacional y extranjera con enorme
proyección mediática. Cualquier error u omisión en la anunciada política
comunicacional de informar veraz y oportunamente sobre la enfermedad, será
aprovechada por sus adversarios de aquí y de allá. ¿Hasta donde puede influir
en la conducta de los electores? Dependerá de muchas circunstancias y factores,
entre los cuales los medios jugarán un papel de primera importancia. Otras
veces he escrito que la penetración mediática, más que las estructuras
partidistas, ha influido más en elevar dos veces la votación opositora sobre
los cinco millones.
A pesar de su relatividad, este factor podrá mover esas
encuestas, y, naturalmente, influir en eventuales cambios de conducta de los
electores.
III Veamos el tercer escenario. La sólida mayoría de la
oposición es de vocación democrática, persuadida de que es posible derrotar a
Ch por la vía electoral. Existe, como se sabe, un sector opositor ultrarradical
que ha preferido los atajos, las acciones desestabilizadoras, pero que ante la
unidad de la oposición y la escogencia de un candidato único, se ha resignado a
sumarse a esa política.
Surge algo que puede desajustar esa línea. Transcurrido
cierto tiempo, es natural que comience a preocuparles el estancamiento de la
candidatura de CR. Si esta situación se prolongara, reforzaría la tendencia
ultraderechista, que cada día presionaría mas en busca de otras salidas, oleada
de rumores como los reciente sobre “contaminación” del agua, serán niños de
pecho ante todo lo que pueden intentar. Naturalmente, el sistema electoral y el
CNE serán objeto de numerosos ataques.
Lo que podría suceder en las filas opositoras, se reflejará
en Washington, donde tradicionalmente hay palomas y halcones en lucha por
imponer sus políticas. Ustedes recordarán cómo la CIA pudo infiltrar en Cuba,
pese a sus sistemas de vigilancia y experiencia de sus equipos de seguridad e
inteligencia, agentes que colocaron durante varios días explosivos para
ahuyentar el turismo. ¿Es un absurdo pensar que puede haber grupos concibiendo
un monstruoso asesinato que conmoviera la opinión pública y cambiara la
conducta electoral de muchos, tal como sucedió en España? Si en EEUU, según
escribe Noam Chomsky, debido a la imperiosa necesidad de controlar el petróleo,
pueden desembarcar en Venezuela, un clima tenso, explosivo, con nuevos
objetivos añadidos, como sería desarticular el proceso electoral para impedir
la reelección de Ch, y ¿quién puede negar que los halcones no se animen a
intentar aventuras como esa?
Así llego a posiciones extremas. Cuando Ch. habla de la
batalla de Carabobo, es porque sabe que ese encuentro significa la
independencia definitiva de Venezuela. Pero él no es el único consciente.
Artículo: Eleazár Díaz Rangel
Fuente: RNV
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