martes, 2 de octubre de 2012

Costa Rica: Sobre Don Juan Rafael Mora Porras, General Cañas y los costarricenses de hoy




Una vez más tuve el honor de asistir al Cementerio General, hoy 2 de Octubre para recordar el asesinato de estado se que cometió hace 152 años, contra el Presidente Juan Rafael Mora Porras, El general José María Cañas y muchas otras personas, también costarricenses que lo apoyaron.

Mora fue tres veces presidente constitucional, y héroe de la patria al culminar la derrota del filibustero William Walker y liberar a Nicaragua.

Partió al exilio: El Salvador, pero nunca dejo de ser y sentirse el Presidente de Costa Rica.

En el golpe de estado al Presidente Mora participaron Lorenzo Salazar Alvarado, artífice del golpe de Estado -junto con el mayor Máximo Blanco Rodríguez-, militares de su confianza y destacados combatientes en la Campaña Nacional.

Muy pronto tuvimos nuevo presidente: José María Montealegre, cuñado de don Juanito y también golpista. Fue el coronel Lorenzo Vicente Aguilar, Ministro de Guerra y Marina quien dio la orden del asesinato. Detrás de todos, la oligarquía costarricense.

Me contaron, no sé si es completamente cierto, que el General Tomás Guardia una vez en el poder les dio a escoger a los tres hermanos Montealegre, incluyendo al ex golpista y luego presidente que: o se exilaban o se fusilaban. Dos partieron a USA y otro a Inglaterra. No regresaron. Se trajeron en los años 70s los restos del ex presidente Montealegre a Costa Rica.

Hoy la tumba de D. Juanito estaba hermosa. Se dejo allí una corona del parte del hermano pueblo de El Salvador, en representación de su embajador en Costa Rica. Igual se hizo en la del General Cañas, amén de una rosa roja, parecida a la que el General Cañas le envió a su esposa como señal de su amor y fidelidad antes de morir.

La tumba de Vicente Aguilar, el asesino, a unos pocos metros de la de Don Juanito, lucía abandonada, lúgubre, y atacada por el tiempo.

A los golpistas y asesinos, la patria los castiga con el olvido.

A nuestra historia, a nuestros héroes, a nuestro ser costarricense, profundamente republicano, el estado los castiga con la mala educación sobre la historia de Costa Rica que reciben nuestros niños y adolescentes y la falta de fervor patrio.

¡Que pena!

¿Cuántos costarricenses conocen esta parte de la historia de Costa Rica?
Es Mora un ejemplo de honestidad a seguir, tangible, nuestro y muy real y muy presente.
No Batman, no el Capitán Maravilla, no Superman, ni Gatúbela, ni Thor.

Es indignante que ese cementerio hoy no estuviera abarrotado de estudiantes, profesores, funcionarios públicos y pueblo en general, celebrando a unos valientes costarricenses de dos siglos atrás, sí claro, de dos siglos atrás, pero tan necesarios y vigentes como el sol de cada día.

Les pregunto a mis estudiantes de maestría, quienes son Mora y Cañas y no saben.
Les pregunto cuántos se saben el himno del 15 de setiembre y no lo recuerdan; tampoco la Patriótica Costarricense.
Mucho, mucho menos el himno a la Bandera letra de Porfirio Brenes Castro y música de José Joaquín Vargas Calvo, sí, sí como el liceo en San Pedro, allí por la U de Costa Rica, ese mismo señor y himno que nadie lo escuchó jamás!!!

Lo canté decenas y decenas de veces en la escuela Metodista; al piano mi profesor de música Don Wilson Sanabria, y en la mano: “Lo Que se Canta en Costa Rica”
Pregunte a mis alumnos: Conocen el librito de “Lo Que se Canta en Costa Rica”
¡El silencio fue ensordecedor!

Hoy a la salida del cementerio mientras caminaba a la par de una bisnieta del General Cañas, recordé claramente, como, cuando niña ese himno a la Bandera que habla de:
“La banda bucanera, cayó a tu sombra herida y heroica y bendecida, salvaste el patrio honor”

Y sigue luego, cantándolo muy bajito y suavemente:
“Como ala protectora en toda Costa Rica, tu emblema dignifica, el santo patrio honor”

Y ahora con fuerza y mucho volumen:
“La tumba de los Moras y Cañas tú proteges, y en nuestro pecho tejes escudo al corazón.

¡Necesitamos hoy un escudo al corazón!

Que nos proteja de los nuevos filibusteros y vende patrias nacionales, de la corrupción, de los banqueros con dientes de Drácula, de las transnacionales capaces de vender a la madre y pedir vuelto, de los académicos indiferentes, de los políticos sordos y oportunistas, de los políticos cuyos egos son tan grandes que solo se comparan con su intrínseca necesidad de ostentar poder.

¡Mora y Cañas, que falta hacen!!!

Ariculo: Lisbeth Quesada Tristán

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