Son indiscutibles
los aportes de la revolución sandinista al desarrollo histórico de Nicaragua en
el último tercio de siglo, aportes patróticos por la liberación nacional, la
lucha por la democratización integral de la sociedad, la inclusión social, sus
aportes decisivos a la paz, con lo cual se sentaron las bases del desarrollo
estratégico de Nicaragua con sentido progresista y revolucionario.
Nunca como antes,
el avance por la independencia y la soberanía ha alcanzado logros, en los 192
años de la llamada vida republicana, como en los últimos 34 años, sobre todo en
la independencia política frente al intervencionismo extranjero; es el
sandinismo el referente fundamental en Nicaragua de la dignidad, la
independencia y la autodeterminación de los pueblos, y lo es igualmente en la
lucha de los países en vías de desarrollo por la liberación nacional.
La revolución
acabó con 45 años de dictadura y abrió la democracia en Nicaragua, hizo real y
plural la democracia representativa; convirtiendo al pueblo en protagonista de
la transformación y el desarrollo, dezplazando a las fuerzas históricamente
dominantes, instalándose en el poder las fuerzas populares representadas por el
FSLN y gestionado el poder en beneficio de las mayorías populares, sin excluir
a las fuerzas no populares, siempre que aporten al desarrollo nacional y socio-economico
con sentido incluyente.
Los mayores
avances de igualdad y justicia social en Nicaragua se generaron a partir del 19
de julio 1979, con las transformaciones sociales de beneficio mayoritario que
aseguraron los derechos plenos a la educacion, la salud, la cultura, la
seguridad social, el empleo, la tierra, la vivienda, el crédito justo, una
distribución justa de la riqueza desde el Estado y desde los actores económicos
y sociales, pequeños y medianos productores del campo y la ciudad, con el
impulso de formas colectivas de producción y distribución de la riqueza.
El pueblo
nicaragüense tuvo que insureccionarse para derrotar una dictadura de 45 años;
luego los enemigos históricos del pueblo y la nación (el imperialismo y los
oligarcas) nos hicieron la guerra, el pueblo tuvo que defenderse para mantener
viva la revolución y recuperar la paz perdida por la guerra impuesta; fue el
sandinismo que aportó mayormente para llegar a la paz y es el que cumplió
plenamente con los acuerdos de paz forjados en los años 1987-1990.
La guerra
imperialista contra Nicaragua implicó miles de nicaragüenses muertos y daños
humanos y materiales, en virtud de la cual la Corte Internacional de Justicia
de La Haya declaró culpable de esa guerra al gobierno de Estados Unidos y lo
mandó a indemnizar a Nicaragua por más de diecisiete mil millones de dólares,
sentencia que no acataron los imperialistas; a un altísimo costo, pero con el
acuerdo de los nicaragüenses y por los aportes de FSLN llegamos a la paz
(superación de la guerra, en una primera etapa) que al ser firme y duradera nos
proporcionó una oportunidad histórica para trabajar por el desarrollo nacional.
Sin embargo,
desaprovechando la oportunidad de la paz, los gobiernos neoliberales
(1990-2006) revirtieron en buena medida los derechos sociales alcanzados, las
bases económicas del Estado y la imposición de un modelo excluyente, que
empobreció a la mayoría de la población nicaragüense.
El regreso del
FSLN al gobierno en el año 2007, en condiciones de paz, ha recuperado la
esperanza perdida, ha traído progreso social cada vez más ascendente por la
restitución de los derechos, ha llevado a un crecimiento económico acompañado
de desarrollo social, ha empoderado al pueblo, a los trabajadores, a los
jóvenes y mujeres, con una participación protagónica en la vida política,
social, comunitaria y familiar, orientados por un modelo de amor al prójimo y
el bien común (el cristianismo), ideales de justicia (el socialismo) y
prácticas solidarias.
Avanza cumpliendo
con el sueño de Sandino por liberación nacional y social, por la integración
latinoamericana, como la que representa la Alianza Bolivariana para los Pueblos
de nuestra América (ALBA).
Los 34 diecinueve
de julio que hoy conmemoramos, los hacemos con alegría y optimismo, con el
compromiso de seguir haciendo revolución, que es luchar por hacer realidad el
ideal de justicia, igualdad y solidaridad, principios esenciales del
sandinismo, que lo hacen permanentemente revolucionario.
Artículo: Fredy Franco
Cientista
Social e Historiador.
Profesor
UNAN-Managua
Fuente: El nuevo diario
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