![]() |
Victoria Tauli Corpuz, defensora de los derechos indígenas
|
Las mujeres en
distintas partes del mundo están expuestas a violencia doméstica, sexual y de
género, a la explotación económica, mutilaciones genitales y matrimonio precoz.
Pero el riesgo para las que pertenecen a comunidades aborígenes es
especialmente alto.
En ese contexto, la Fundación Tebtebba
defiende los derechos de las comunidades aborígenes y trabaja para la correcta
implementación de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
Victoria
Tauli-Corpuz, directora ejecutiva de la Fundación Tebtebba
y presidenta de la Red
de Mujeres Indígenas de Asia. Gentileza de la entrevistada.
Victoria
Tauli-Corpuz, directora ejecutiva de la Fundación y presidenta de la Red de Mujeres Indígenas de
Asia, conversó con IPS sobre cómo ellas pueden cuestionar las prácticas
discriminatorias y qué cosas puede hacer la comunidad internacional para
ayudarlas.
Tauli-Corpuz
también trabajó como consultora para el informe: “Breaking the Silence on
Violence Against Indigenous Girls, Adolescents and Young Women” (Rompiendo el
silencio sobre la violencia contra las niñas, las adolescentes y las jóvenes
mujeres indígenas), un esfuerzo conjunto de diferentes agencias de la Organización de las
Naciones Unidas (ONU).
El estudio
pretende hacer frente al “‘silencio estadístico’ respecto de la violencia
contra niñas y mujeres indígenas”.
IPS: En algunas
comunidades, el sometimiento de las mujeres a los hombres y la violencia que
sufren se consideran parte de su tradición cultural. ¿Cómo se puede hacer
frente a esa idea?
Victoria Tauli Corpuz: La violencia contra mujeres y niñas viola los derechos humanos y
no debe tolerarse de ninguna manera, aun cuando se la califica como “parte de
una tradición local” o como algo “cultural”.
La violencia es
una experiencia individual, aunque hay situaciones en que las mujeres que
pertenecen a un determinado grupo, como las comunidades indígenas, corren un
mayor riesgo de sufrir actos de este tipo debido a coyunturas históricas y
actuales de colonización, dominación, racismo y discriminación.
Si hay prácticas
culturales que promueven la violencia contra las mujeres y las niñas indígenas,
es necesario criticarlas y cambiarlas con severidad.
IPS: ¿Cómo se
pueden implementar medidas efectivas contra la violencia en las comunidades
indígenas en las que la jerarquía interna de las obligaciones familiares y
sociales es particularmente importante?
VTC: Se pueden
implementar medidas efectivas si los organismos estatales y las organizaciones
no gubernamentales dan ciertos pasos.
Pueden ayudar a
fortalecer a las organizaciones indígenas para que atiendan el problema,
documentar y registrar el fenómeno y asistir a los gobiernos locales para que
implementen estrategias culturales y con enfoque de género para manejar estos
asuntos y con presupuestos para que desarrollen programas.
También pueden
crear conciencia entre las poblaciones indígenas (entre autoridades
tradicionales y organizaciones aborígenes) sobre los derechos de mujeres, niños
y niñas, así como sobre la violencia que sufren.
IPS: El
colonialismo hizo que algunos pueblos indígenas internalizaran el racismo y que
las mujeres aborígenes aceptaran la violencia. ¿Podría explicar el vínculo
entre colonialismo y violencia contra las indígenas?
VTC: El
colonialismo, ligado al patriarcado, privó a las mujeres indígenas de derechos
básicos como ser dueñas y controlar sus propias tierras, territorios y
recursos. Perpetuó el racismo y la discriminación que sufren a tal punto que
algunas niegan su identidad indígena y tratan de emular las formas de los
colonizadores.
Esa es solo una
forma en que las mujeres internalizan su opresión, lo que las coloca en una
situación de mayor vulnerabilidad frente a la trata de personas y a la
prostitución.
El alcoholismo y
la drogadicción también fueron herramientas de los colonizadores para
deshumanizar a los indígenas, y el patriarcado colonial reforzó o promovió el
machismo entre los hombres. Todos estos son factores que explican la violencia
que sufren las niñas y las mujeres indígenas.
Los esfuerzos de
los colonizadores por extraer minerales, petróleo y gas de territorios
indígenas también llevaron a construir enclaves donde los trabajadores vivían y
llevaban mujeres prostituidas.
IPS: A veces, el
estado exacerba elementos que generan violencia contra las mujeres y las niñas,
y hasta puede ser él mismo responsable de perpetrarlas, como políticas
discriminatorias o servicios de salud y educación carentes de perspectiva
cultural. En estos casos, ¿qué pueden hacer las agencias de la ONU ?
VTC: La ONU pude ayudar a facilitar
canales u oportunidades para que las mujeres indígenas usen tratados como la Convención sobre la Eliminación de Todas
las Formas de Discriminación contra la
Mujer o el Comité sobre los Derechos de la Infancia o el Comité de
los Derechos Humanos, para presentar quejas contra políticas discriminatorias y
programas estatales.
El representante
especial del secretario general para violencia contra mujeres, niños y niñas
también puede visitar países donde se denuncian casos de violencia contra
poblaciones indígenas.
Los fondos y las
agencias de la ONU ,
como el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia , ONU Mujeres y
el Fondo de Población de las Naciones Unidas deben asignar más asistencia
técnica y financiera para atender este tema a escala local, regional y global.
IPS: El informe
de la ONU
“Breaking the Silence” se basa en la idea de que la violencia contra las
indígenas debe atenderse como un problema específico, incluido pero
diferenciado de la violencia general contra las mujeres. ¿Se corre el riesgo de
etiquetarlas con este enfoque? ¿De qué forma contribuye a resolver el problema?
VTC: Pedir que la
violencia contra las indígenas se considere un problema específico solo
establece el hecho de que si hay pocos servicios para atender a las mujeres y a
las niñas en general, hay aun menos para las que pertenecen a comunidades
aborígenes.
No se corre el
riesgo de etiquetarlas. Solo es una cuestión de nombrar el problema para
atenderlo de forma más adecuada y efectiva.
También permite
aclarar que las mujeres aborígenes, generalmente, no concuerdan con utilizar la
cultura o la tradición para justificar la violencia que padecen y para subrayar
que las personas que con mayor eficacia atienden el problema son ellas mismas
que, empoderadas, reafirman sus derechos en tanto que mujeres e indígenas.
Artículo: Silvia Romanelli
Fuente: IPS
No hay comentarios:
Publicar un comentario