viernes, 12 de julio de 2013

Argentina: Ricardo Piglia ve con entusiasmo las democracias populares en América Latina


Expresa que Chávez es un hombre que tenía una gran habilidad discursiva y una gran capacidad de decisión política

La muerte de Chávez le parece a Ricardo Piglia un acontecimiento trágico. “Chávez es un hombre que tenía una gran capacidad discursiva y una gran capacidad de decisión política. Me parece que su muerte produce una cuestión que en Argentina ya la hemos visto”, señaló.

Piglia dijo esperar que en América Latina puedan fortalecerse instituciones, como los partidos políticos, no para sustituir a un líder, sino para “hacer aquello que hacía una sola persona o que una sola persona encarnaba”.

Definió a la mandataria argentina Cristina Kirchner como “una figura que concentra un espectro político amplísimo, pero si ella no puede ser reelecta no se sabe muy bien a quién poner en su lugar; esto quiere decir que no hay una institución que sea capaz de sustituirla”.

-¿Usted diría que es insustituible?

-Es muy difícil lograr una persona que tenga la capacidad que tiene ella para resolver las contradicciones que se producen en su propio campo. El problema no es cómo enfrentan al bloque opositor, sino como resuelven las contradicciones. El único que parecía capaz de resolverlas era el líder.

Piglia expresa sus opiniones que son, en realidad, preocupaciones. “Esas son las situaciones de este tipo de democracia, democracia muy renovada respecto a lo que son los modelos clásicos y tradicionales. Son democracias con mucha participación de las masas”, describió.

“Los escritores de mi generación hubiéramos soñado con que América Latina hubiera encontrado una forma democrática de resolver esas demandas que nosotros postulábamos en pequeños grupos”, añade.

-¿Esto que vivimos se parece a lo que soñaron?

-¡Claro! ¿Qué pensábamos? Que las clases populares debían tener representación política, tener igualdad de los derechos sociales; pensábamos que los grandes monopolios informativos y discutíamos el modo como el periodismo modificaba y tergiversaba la realidad. Luchábamos también por los derechos de la mujer, por los derechos de los homosexuales. De modo que todos esos pequeños grupos que se planteaban esas cuestiones, como la relación con Estados Unidos y los medios de comunicación, la igualdad social y la igualdad sexual, se encuentran hoy con que esas políticas son política de Estado. ¿Cómo no va a ver eso uno con entusiasmo?

-¿Hay una deuda de la izquierda con la diversidad sexual?

-Los que decimos que somos de izquierda también tenemos que ver cómo vivimos y cómo somos como individuos. Mucha gente de izquierda tiene en su vida privada posiciones que no sé si llamar de derecha o autoritarias, y no tienen buenas relaciones con sus hijos, con su pareja ni la propiedad. El problema no es sencillo.

Artículo: Vanessa Davies

Foto: Héctor Rattia
Fuente: Correo del Orinoco

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