La población de
tiburones está siendo diezmada de forma alarmante debido a la práctica del
“aleteo”, que es ilegal en Costa Rica, pero que se practica.
Vacíos legales y
la ausencia de políticas públicas de protección son señaladas como los
principales factores que favorecen la práctica ilegal del “aleteo” (corta de
las aletas) de tiburón en Costa Rica, país que figura en el tercer lugar como
exportador de aletas de tiburón, detrás de Taiwán y España.
El aleteo es una
práctica muy antigua que consiste en pescar este animal con el fin de
aprovechar exclusivamente las aletas para su comercialización, principalmente
en el mercado asiático, por lo que se desecha el resto del cuerpo del animal.
Según Álvaro
Morales Ramírez, director del Centro de Investigación en Ciencias del Mar y
Limnología (CIMAR) de la
Universidad de Costa Rica (UCR), el aleteo es la principal
causa de desaparición de los tiburones, especie que se encuentra en la lista de
los organismos en peligro de extinción.
Morales participó
en un conversatorio acerca del tema, organizado por el Consultorio Jurídico
Ambiental de la Facultad
de Derecho. También expuso Viviana Gutiérrez Delgado, abogada de la Fundación MarViva.
Los tiburones
aparecieron en el planeta hace 400 millones de años, por lo que cabe
preguntarse si el ser humano tiene el derecho a provocar la extinción de esta
especie, por causa de la
sobreexplotación y el mal manejo, dijo Morales.
El biólogo afirmó
que las pesquerías de tiburón son un problema en todo el mundo y las
responsables de la disminución de esta especie, debido a que no hay un
aprovechamiento integral de este organismo, así como tampoco controles ni
políticas globales para su conservación. Se calcula que anualmente se descartan
200.000 toneladas de tiburón.
SOLICITUD DE VEDA
Morales señaló
que recientemente la
Defensoría de los Habitantes solicitó a las autoridades
gubernamentales establecer temporalmente una veda total o parcial de la pesca
de tiburón, hasta tanto no se conozcan los resultados de estudios científicos
sobre las poblaciones de las distintas especies de tiburones en aguas
nacionales.
Sin embargo, la
junta directiva del Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (INCOPESCA)
rechazó la petición, tras alegar razones técnicas y científicas.
El informe sobre
el tema fue presentado a la comunidad puntarenense en la Sede del Pacífico de la UCR , con la presencia del
defensor adjunto de los habitantes, Luis Gerardo Fallas Acosta.
“Es importante
dejar claramente establecido ante todo la prohibición total del cercenamiento,
tenencia, almacenamiento, comercio y transporte de las aletas de tiburón en
alta mar o en un lugar no autorizado”, afirmó Fallas en un comunicado de prensa
dado a conocer por la
Defensoría.
El Informe
plantea la necesidad de reestructuración del INCOPESCA, por considerar que este
no está cumpliendo con la función asignada, de defensa del recurso marino
pesquero.
Además, la Defensoría señaló que
la junta directiva de esta entidad –la cual está conformada por empresarios–
debe de tener otra conformación, para no ser juez y parte en el problema.
El informe además
puntualiza que la
Comisión Nacional Marina no tiene claramente establecidas
entre sus funciones medidas en contra del aleteo, lo cual hace que el tema
quede inmerso en todo el entramado político.
El aleteo, además
de ser una práctica cruel en contra del animal, tiene graves implicaciones
económicas y ambientales, agrega el documento.
Desde el punto de
vista económico, significa un desperdicio de los recursos marino-costeros y la
pérdida de una gran fuente de alimento rico en proteínas, cuyo descarte afecta
la seguridad alimentaria.
Por su parte,
desde la óptica ambiental, constituye una seria amenaza a la sostenibilidad de
estas especies y a su hábitat, y a la diversidad biológica en general, por el
riesgo de desaparición de especies.
El director del
CIMAR se refirió a la importancia de proteger los sitios que son importantes
para la reproducción de los tiburones, tales como el Humedal Térraba-Sierpe, el
golfo de Nicoya, Quepos y Manuel Antonio, en la costa pacífica del país.
PRÁCTICA ILEGAL
En Costa Rica, la
legislación permite la pesca del tiburón, aunque no autoriza pescarlo con el
único fin de aprovechar sus aletas.
La funcionaria de
MarViva explicó que uno de los vacíos en este campo es que solo se regula la
pesca y no se contemplan otras etapas del proceso, que incluyen el comercio, el
etiquetado, la exportación y la importación de aletas.
“La ley tiene
muchos portillos”, advirtió Gutiérrez, quien aclaró que la única conducta
prohibida es el desembarque de aletas y no hay ninguna referencia al
transporte, almacenamiento y comercialización.
“Aquí se realiza
mucho el transbordo de aletas para desembarcarlas en países vecinos, en donde
existen menos controles”, indicó. Luego estas aletas son importadas por la vía
terrestre y reexportadas.
También comentó
que quienes se dedican a esta actividad ilegal realizan todo tipo de maniobras
para burlar los controles. La práctica más utilizada en la actualidad y contra
la que se está luchando es la conocida como del espinazo, que consiste en hacer
un corte parcial al tiburón para extraerle los órganos internos y la carne. “Le
dejan solo el cascarón, la carne la tiran al mar porque la pagan muy barata y
ocupa mucho espacio en los barcos”, puntualizó la jurista.
Artículo: Patricia Blanco Picado
Foto: Stock.chng
Fuente: Semanario Universidad
1 comentario:
PERO convenientemente olvidan que mientras se siga permitiendo el gran negocio de la EXPORTACIÓN de aletas desde Costa Rica, jamás llegaremos a estar limpios, como nación, de esa mancha que tanto daño causa al prestigio internacional de Costa Rica. Medida que, paradójicamente, no comparten los que dicen trabajar en protección de los tiburones porque, según ellos, afectaría a los pescadores...pese a que se conoce que las cabezas visibles de ese gran negocio de millones de dólares anuales son generalmente empresarios taiwaneses.
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