La permanente apelación que hace Chávez de pasajes bíblicos
y de la figura de Jesús como ejemplo de vida, han permitido una rápida
asimilación por parte de un pueblo mayoritariamente cristiano, sea católico o
evangélico, que tiene estos valores profundamente enraizados y, en muchos
casos, frescas las lecciones de esas lecturas.
Hay un salto de la sencilla fe personal-familiar a la
liberadora fe-praxis revolucionaria. Los valores asociados a la enseñanza
cristiana son el soporte de una ética colectiva de aceptación general e
influencia determinante en la conducta social.
El padre jesuita Juan José Madariaga nos hablaba de la
radicalidad evangélica, para señalarnos que la lección más cristiana de toda la
vida de Jesús, es la solidaridad; que ese último Mandamiento de amarnos los
unos a los otros, junto al llamado agónico de construir su “Reino” en “otro
Mundo”, es la instrucción más expedita de que la tarea histórica de la grey
cristiana es la creación de una nueva sociedad caracterizada por la igualdad,
la justicia y el amor.
El Cantor del Pueblo Alí Primera fue uno de los primeros en
tomar en cuenta esa realidad concreta de nuestra conformación psicosocial,
plasmando en sus mensajes musicales y político-organizativos la conjunción de
lo cristiano y lo socialista en una sola militancia. No Basta Rezar, Hay que
aligerar la carga o Flora y Ceferino, tienen un claro mensaje cristiano
asociado a la invocación de un Dios justiciero que exige la terminación del
sufrimiento por las injusticias, a la vez que cuestiona el uso de la “religión”
para detener los “deseos libertarios” del pueblo, como lo hace en La Canción
del Tiple.
Pero nunca se desarrolló en la Patria de Bolívar un
movimiento social de origen cristiano con incidencia en la lucha política, que
no fuera el partido que la derecha católica organizó para impulsar su impopular
proyecto neofascista apegado a la estrategia de dominación imperialista.
Sólo a partir de la emergencia del movimiento bolivariano
encabezado por Hugo Chávez, se comienza a sentir la construcción de un discurso
liberador con base en la matriz ideológica cristiana, al punto que,
actualmente, es casi un lugar común hablar en Venezuela del socialismo como una
elaboración absolutamente cristiana.
Se evolucionó de una fe pasiva, a una liberadora fe-praxis
revolucionaria. Es precisamente el sustrato del planteamiento de lo que se
conoce como Teología de la Liberación.
Podemos apuntar entonces como Aportes del componente
cristiano al Socialismo Venezolano:
1) La noción esencialista de la igualdad, 2) La asimilación religiosa: El Socialismo del Siglo XXI asume su eclecticismo sin ningún complejo, 3)La pluralidad política y debate público de los asuntos fundamentales a la luz de las diferentes visiones culturales e ideológicas, 4) La solidaridad como valor de la organización comunitaria, 5) La tolerancia pacifista, 6) El anhelo de trascendencia y la pureza de espíritu como imagen objetivo del “hombre nuevo”, 7) La esperanza como visión del largo plazo, la nueva ética que pone el acento en lo colectivo sobre el dogma individualista del capitalismo.
1) La noción esencialista de la igualdad, 2) La asimilación religiosa: El Socialismo del Siglo XXI asume su eclecticismo sin ningún complejo, 3)La pluralidad política y debate público de los asuntos fundamentales a la luz de las diferentes visiones culturales e ideológicas, 4) La solidaridad como valor de la organización comunitaria, 5) La tolerancia pacifista, 6) El anhelo de trascendencia y la pureza de espíritu como imagen objetivo del “hombre nuevo”, 7) La esperanza como visión del largo plazo, la nueva ética que pone el acento en lo colectivo sobre el dogma individualista del capitalismo.
Artículo: Ildefonso Finol
Fuente: Aporrea
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