Durante estos días de Semana Santa, los fieles conmemoran la
pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret, para lo cual acuden a los
diferentes templos para agradecer por favores concedidos, y el Nazareno de San
Pablo no escapa de estos tributos, ya que es una de las imágenes más veneradas
y emblemáticas en el país, sobre todo en estas fechas. Una de las numerosas
muestras de religiosidad que conmemoran la Semana Santa la constituye,
indudablemente, la procesión del Nazareno, imagen que representa dramáticamente
a Cristo azotado, cansado y encorvado, con la cruz sobre su hombro izquierdo y
con una corona de espinas.
El culto al Nazareno constituye la tradición emblemática
caraqueña en la Semana Santa. Desde la colonia fue la principal procesión, en
todas las iglesias había una imagen del Nazareno, pero la del Nazareno de San
Pablo fue la más venerada.
En el año 1674, cuando Caracas sólo tenía seis iglesias, el
arzobispo Fray Antonio González y Acuña dispuso que el Miércoles Santo fuese
dedicado al culto del Nazareno, cuya imagen, desde entonces, en este día
debería ser llevada solemnemente en procesión por las calles de la capital.
Esta dedicación al Nazareno aún se conserva religiosamente,
todos los Miércoles Santos, en la Basílica de Santa Teresa, centro de Caracas,
donde desde 1876 se encuentra la imagen.
Santa imagen Jesús El Nazareno
Para tiempos de la crucifixión, todo condenado a esta pena
debía cargar con la cruz, así era ordenado tanto por la ley hebraica, como por
la romana y según la costumbre judía. La pena establecía llevar la cruz, en
pleno día, por los lugares más frecuentados, para que fuese visto por la gente
y su castigo sirviera de ejemplo a los demás, lo cual escenifica la imagen de
Jesús El Nazareno, quien carga su cruz, con la corona de espinas en su cabeza
agachada, sumisa, con sentido de aceptación, y para muchos fieles, la imagen
transmite serenidad.
Dice una leyenda que Jesucristo se sentó a descansar en una
piedra, mientras los judíos discutían con el Cirineo acerca de la ayuda que
debía darle a Jesús para llevar su cruz, roca que aún se muestra en Jerusalén,
en lo que hoy se conoce como el recorrido de la Vía Dolorosa.
Tradición caraqueña
En Caracas, desde la 1:00 de la madrugada del Miércoles
Santo, miles de feligreses se congregan frente a la Basílica de Santa Teresa,
para rendirle homenaje al Nazareno de San Pablo.
La imagen sale en procesión, a partir de las siete de la
noche, por las avenidas Baralt y Lecuna, hasta llegar a la Plaza Caracas, en El
Silencio, donde la esperan más feligreses para ver la imagen al aire libre.
Los fieles acuden a la procesión ataviados de una túnica
color violeta, o al menos procuran portar alguna prenda de color morado, en
tributo al Nazareno, para cumplirle una promesa, en agradecimiento por
cualquier favor o milagro recibido, por lo cual también es común ver a niños
ataviados de manera similar.
Llegada del Nazareno
Aunque no se tiene una referencia cronológica exacta sobre
la llegada del Nazareno a Venezuela, se calcula que su origen podría ser
posterior a 1656.
Cuenta una de sus historias, o leyendas, más conocidas que
en 1696, cuando la peste amarilla azotaba Caracas, el pueblo decidió sacar la
imagen en procesión y tropezó en la esquina de Miracielos, en Caracas, con un
limonero, del cual se desprendieron los frutos con los cuales se elaboró una
bebida que dio la cura inmediata a las personas que padecían la enfermedad.
Desde entonces, el pueblo le hace promesas al Nazareno de
San Pablo a cambio de sus favores, de sus milagros, de su misericordia y de su
perdón.
De lo que se conoce como la tradición del Nazareno de San
Pablo se sabe que comenzó luego de una epidemia de viruela que dejó gran número
de fallecidos en Caracas. Los habitantes de la ciudad rogaban a San Pablo El
Ermitaño que intercediera por ellos, y como agradecimiento al Santo por haber
escuchado sus peticiones, las autoridades ordenaron construir una capilla en su
honor y así celebrar su fiesta el 15 de enero de 1580.
Fue en abril de 1880 cuando la imagen y los objetos de culto
que estaban en la Capilla de San Pablo se trasladaron a la Basílica de Santa
Teresa. Desde la fecha, centenares de orquídeas, flor nacional de Venezuela,
donadas por la feligresía, adornan al Nazareno de San Pablo.
Aunque su veneración nació en Caracas, el fervor por el
Nazareno de San Pablo alcanza los más remotos pueblos de Venezuela, de hecho,
existen réplicas en Barquisimeto, estado Lara, y en Achaguas, estado Apure,
donde cambia su denominación.
El Nazareno de Achaguas nació como pago de una promesa, en
1821, cuando José Antonio Páez acudió a la población de Achaguas y prometió
regalar una imagen del Nazareno si regresaba triunfante de la Batalla de
Carabobo. Cumplió su promesa en 1835, cuando entregó la imagen tallada en
madera, cuya base tiene en relieve la inscripción: 'José Antonio Páez'.
Iconografía y color Nazareno
La iconografía del Nazareno es más variada de lo que
normalmente se sabe, y aunque muchas personas creen que el Nazareno ha estado
vestido de morado todo el tiempo, esto no es así, ya que el uso de este color
obedece solo a una tradición de la época barroca, inspirada en el color de la
penitencia: el morado.
El barroco fue un periodo de la historia en la cultura
occidental que produjo obras en el campo de la literatura, la escultura, la
pintura, la arquitectura, la danza y la música, y que abarca desde 1600 hasta
1750, aproximadamente.
De la Pasión de Cristo hay muchísimos pasos o momentos, como
la Flagelación, la Coronación de Espinas o el Ecce Homo, pero típicamente sólo
se les llama Nazarenos a los que llevan la cruz y éste, a su vez, en varios
pasos: con la Madre, la Verónica, el Cirineo, etc. También se le llama Nazareno
al tipo Cautivo, del que el más famoso es el Jesús Nazareno de Medinaceli, en
Madrid, España, del cual los demás copian, y en cuanto a nuestros Nazarenos
actuales, la mayoría van de morado.
La imagen vestida tiene su gran apogeo en esta historia. Ni
el arte románico, ni el gótico contemplaron este tipo de imágenes. Pues eso, el
morado, es el color más extendido, también usado en la talla en madera y en 99%
de las imágenes de molde.
No obstante, el morado es el único color, ya que, por
ejemplo, el Medinaceli usa rojo púrpura y a veces morado; el Cautivo de Málaga
o el de Granada van de blanco; el más famoso de Sevilla, a veces luce azul de
Prusia; los de Rota y Puente Genil usan el rojo; también usan el verde e
incluso el morado obispo, como el Cristo de la Sentencia de Cádiz, España.
Entre otras historias y leyendas te veas
Luego de la tragedia de Vargas, de diciembre de 1999, cuando
en el Litoral central ocurrió un devastador deslave de tierra y lodo provocado
por torrenciales lluvias, surgieron historias sobre hechos inexplicables, y
entre esas historias se difundió la que el Nazareno de San Pablo cada vez se
estaba inclinando más debido a este tipo de tragedias, así como se contaba que
en Santa Teresa del Tuy, estado Miranda, otro Nazareno lloró sangre.
Más de un feligrés asegura que el Nazareno está cada vez más
inclinado, aquejado por los males del mundo, por problemas o sufrimientos de
sus fieles, de hecho, hasta han hecho cálculos de cuántos centímetros se
inclina cada año.
Tradicionalmente han existido tres leyendas sobre el
Nazareno, las cuales han sido motivo de comentario casi obligado en esta época,
las dos primeras ocurridas durante la colonia y la última a finales del siglo
XIX.
Entre muchas de estas leyendas de la tradición caraqueña,
una de ellas decía que el artista que hizo la imagen del Nazareno, al terminar
su brillante obra, muy emocionado por lo bien que la había hecho, le preguntó:
“¿Qué te falta, mi Dios' “, y el Nazareno le respondió: “¿Dónde me has visto
que me has hecho tan perfecto'”; al instante, el artista, un tallador anónimo
del siglo XVII, cayó muerto.
Monseñor Juan Francisco Hernández, sacerdote insigne y
relevante durante la década de los 50, declaró, a consecuencia de la
restauración realizada al Nazareno, por el sevillano Manolo Díaz, que la obra
realizada en pino de Flandes fue, en realidad, traída de Sevilla y que
perteneció a la escuela sevillana del siglo XVII.
La tradición popular también sostiene que en la inauguración
del teatro que se edificó donde estaba la Iglesia de San Pablo, hoy Teatro
Municipal, el 4 de enero de 1881, con la interpretación de la opera El
Trovador, el presidente, Antonio Guzmán Blanco, sentado cómodamente en su palco
presidencial, de repente, se paró y se retiró en forma repentina, con la cara
muy pálida; al cabo de cierto tiempo volvió al teatro. El pueblo le atribuyo
este accidente a que fue el Nazareno de San Pablo que se le apareció y le dijo:
“¿Qué has hecho con mi templo'”.
La historia desmiente este relato de manera muy simple,
porque la fachada Oeste (Santa Ana) de la Iglesia de Santa Teresa fue
inaugurada el 27 de octubre de 1876 y reinaugurada el 27 de abril de 1880,
fecha cuando se trasladó la imagen del Nazareno.
Para la fecha mencionada, ya allí se encontraba la imagen
del Nazareno de San Pablo, por lo que el Nazareno sabía que Guzmán Blanco le
había construido otro templo, y más grande aún, sólo que le puso el nombre de
su esposa Ana Teresa.
Lo que le pasó, en realidad, a Guzmán Blanco fue que el día
antes había estado en un “jolgorio” y tuvo una emergencia digestiva.
Artículo: ABN
Fuente: Informe21.com
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