El lingüista y analista político estadounidense
Noam Chomsky, recientemente ha calificado a Israel como “la amenaza más importante para la seguridad
mundial”, ante un posible
ataque a Irán, esta afirmación, como cristianos y teólogos, nos plantean
interrogantes: ¿Porque es una amenaza Israel? ¿El Pueblo de Dios, tiene el
poder de destruir parte de la humanidad y la tierra? ¿Será por el carácter
guerrerista y sionista del gobierno israelí? ¿Será acaso por la posesión de 200
ojivas nucleares?
Recordemos que, según expertos y cálculos sobre el tema, actualmente la
bomba atómica más poderosa es la B 83,
cuyo radio de destrucción es de 14.9 kilómetros cuadrados, por lo que se
necesitarían un millón de estas bombas para destruir la tierra, sin embargo,
los especialistas señalan que la radiación es la que más causa daño, por lo que
es probable que se necesiten muchas menos bombas atómicas para eliminar a la
especie humana y animal.
Precisamos y aclaramos hay que diferenciar entre Israel, como gobierno-Estado israelí, Pueblo de Dios,
como categoría teológica y de la cual hay una amplia discusión y la población-ciudadanía
como tal.
Ahora, el pueblo de Israel, quien tiene la convicción de ser el
pueblo elegido de Dios, ya que entre éste y los israelitas se realizó un pacto
o alianza. Esta alianza se resume en dos cláusulas: 1) Israel se compromete a
reconocer a Yahvé como su único Dios, a entregarse a él y a cumplir sus
designios y mandatos. 2) Dios por su parte se compromete a mantener a Israel
como pueblo suyo y a realizar, por su medio, la salvación de toda la humanidad.
Y a su vez, les entregó los diez mandamientos, como constitución, para que
recuerden dicho pacto. Lo anterior, también es una posición refrendada y
defendida por los sectores sionistas del pueblo israelita, que para algunos,
parece ser la que priva en esta discusión.
No obstante, es irónico, que el llamado Pueblo de
Dios, de quien proviene Jesús de Palestina y por ende, teológicamente hablando,
la salvación de la humanidad, tenga la
potestad hoy de destruir parte de la humanidad, ¿será que algunos de ellos se
asignan este terrible papel? Este
dilema, nos plantea más preguntas que respuestas, que sólo el tiempo las
dirimirá.
Por ahora, oramos al Dios de la Vida que nos libre de
cualquier arrogancia que nos lleve camino a la destrucción, y que más bien nos
ilumine la vía hacia la paz y la justicia para nuestra humanidad.
Fuente: Prensa CBCR
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